BLOG DEL DEPARTAMENTO DE LENGUA CASTELLANA Y LITERATURA DEL IES BAJO ARAGÓN (ALCAÑIZ)

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martes, 18 de noviembre de 2008

AQUELLA MISTERIOSA CASA

Una rara quietud pesaba sobre aquel cementerio, que por la noche parecía un lugar diferente. Las puntas de los cipreses se movían por el viento. Era diciembre y hacía mucho frío. Estábamos allí por la muerte de mi tío. Nadie sabía por qué había muerto, solo encontraron su cuerpo en un arroyo en el bosque. A mí, con eso no me bastaba, quería descubrir por qué había muerto, o quién lo había asesinado.
Al día siguiente fui al arroyo a buscar pruebas, pero no encontré nada, y los científicos tampoco, porque su cuerpo estaba descompuesto. Un día después llegó a mí casa una carta, tenía escrita una dirección, y yo la seguí. Estaba en las afueras de la ciudad, después de varias horas pedaleando, llegué.
Entonces sentí un escalofrío, no sé por qué pero aquel lugar me sonaba de algo, saqué unas fotos y me fui a casa. Ya en la cama, y al no poder dormir, me puse a buscar fotos o alguna cosa de las que heredé de mi tío. Al día siguiente fui con una amiga, cuando llegamos, intentamos buscar una entrada, pero era imposible, todo estaba lleno de hierbas y escombros. Jane, mi amiga, encontró una puerta, pero estaba atrancada, encontramos una piedra grande y la golpeamos con ella, al final conseguimos abrirla.
Paseamos por los pasillos, desiertos y destrozados, de aquella misteriosa casa, desgraciadamente solo encontramos escombros y más escombros.
¿Por qué llegaría aquella carta a mi buzón? Más tarde se lo conté todo a mis padres y como era lógico, no me creyeron. Fui a casa de mí tía a comer, porque mis padres tenían trabajo. Mí tía no paró de llorar, le pregunté si sabía algo que pudiera ayudarme, se levantó y sacó de la estantería una foto de mí tío y otro hombre, en la casa a la que yo había ido antes.
Me contó cosas del amigo de mí tío, que había desaparecido. ¿A lo mejor fue aquel hombre, el que me envió la carta? yo no conocía muy bien a mí tío, pero sí lo suficiente para preocuparme. Mí tía nos llevó con el coche, a Jane y a mí, a la casa en ruinas. Le enseñamos la entrada y entramos, pero si los problemas eran pocos la puerta se cerró de golpe, haciendo un ruido espantoso.
¡Nos habíamos quedado atrapadas!, en el lugar en el que posible- mente habían asesinado a mí tío, estábamos aterradas.
Mí tía se desmayó, parecía que se me iba a salir el corazón del pecho. Jane era más valiente que yo, pero en esos momentos estaba muy asustada. Desesperadas, nos pusimos en busca de una salida, de repente un hombre nos agarró y dijo que le siguiéramos. Nos llevó a una habitación, cerró la puerta y la atrancó con una tabla. No sabíamos quién era ese hombre, pero cuando se dio la vuelta me di cuenta de que era el mismo que estaba en la foto con mí tío.
¿De qué nos protegía? Después nos dijo que no saliéramos de allí y le hicimos caso.
Al rato volvió y nos sacó de la casa a Jane y a mí y después volvió a por mí tía, que seguía inconsciente.
Delante de nosotros, la casa empezó a derrumbarse y nos llevó a un lugar seguro en el bosque.
Era de noche y no se veía, aquel señor hizo una hoguera. Nos explicó de lo que nos protegía y lo que había matado a mi tío, que era una especie de hombre lobo.
De repente un aullido rompió el silencio ¡Eran hombres lobo! En la oscuridad se veían sus ojos brillantes. El amigo de mi tío sacó dos pistolas con balas de plata, nos las dio y dijo que apuntáramos al pecho. ¡Casi nos alcanzan! Yo disparé, pero fallé, Jane le dio a uno y cayó al suelo.
Eran muy rápidos. El hombre llevaba a mi tía al hombro, después yo le di a uno que también cayó. Ya solo quedaba uno, pero cuando casi estábamos fuera del bosque, tropecé, el hombre se paró, me agarró de la mano y tiró de mí. Cuando salimos del bosque ya era de día y el hombre lobo se quemó al ver el sol y murió.
El hombre nos llevó a casa de mi tía.

Marina Beguer Centelles 1º-B

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