BLOG DEL DEPARTAMENTO DE LENGUA CASTELLANA Y LITERATURA DEL IES BAJO ARAGÓN (ALCAÑIZ)

UN BLOG PARA PENSAR, CREAR Y APRENDER

miércoles, 18 de noviembre de 2009

UN REGALO ESPECIAL

La historia nos había aterrorizado. Sentados alrededor del fuego de una mansión vetusta, una noche de navidad la historia nos había dejado sin aliento. Se hizo de noche y teníamos que regresar a nuestras casas.

Entré y directamente me fui a la cama porque tenía sueño, mis padres ya dormían. Intentaba dormir pero no podía, la historia que nos habían contado era escalofriante. Decidí despejarme para ver si luego podía conciliar el sueño. Fui hacia la puerta para salir por el barrio a dar una vuelta, pero no podía, la puerta me lo impedía. Yo, asustado llamé a mis padres pero extrañamente no me contestaban pero ¡cómo podía ser! Subí al desván para ver si podía salir por una ventana pero estaba tapiada, fui a otra, también estaba ¡qué horror! todas las ventanas estaban tapiadas. Ya eran las dos de la madrugada, y yo estaba aislado en mi propia casa .De repente oí un ruido extraño que venía del sótano, bajé con miedo ¡era mi madre!, ¡aleluya! pero tenía una cara muy extraña, me ofreció un vaso de leche, lo fui a coger y de repente cayó una gota de sangre del techo, era mi padre muerto. Sentí Terror, un escalofrío recorrió todo mi cuerpo. Mi madre, por decirlo así, me persiguió como una loca gritándome que me iba a matar. Yo me encerré en mi vestidor, ella lo rompió y me dijo: “hijo mío te voy a dar mi regalo de navidad: LA MUERTE


Gabriel González Lacueva (1ºD)

UNA NOCHE EN EL CEMENTERIO


En una fría y húmeda noche de invierno, un grupo de amigas estaban aburridas y no sabían qué hacer. Entonces, a una de ellas se le ocurrió una idea: a ver quién se atrevía a ir esa misma noche al cementerio. En ese momento todas se hicieron las valientes y dijeron que sí. Cogieron las linternas y empezaron a caminar.
A mitad del camino se encontraron a unos amigos del instituto. Ellos les preguntaron a dónde iban; al enterarse de lo que hacían, les gustó la idea y se unieron a ellos.
Al llegar al cementerio les empezó a entrar miedo, pero todos disimulaban, Unos a otros se ayudaron para saltar el muro.
Cuando ya estaban dentro, comenzaron a oír unos ruidos extraños. Estaban tan asustados que no se atrevían ni a moverse. Los ruidos cada vez eran más fuertes. Se agarraron unos a otros y empezaron a caminar lentamente. De pronto empezaron a oír sus nombres, que salían de unas voces tenebrosas.
Al darse la vuelta les pareció ver algo que se movía. Se fijaron bien y vieron la silueta de dos fantasmas. Dijeron: “si los fantasmas no existen, ¿qué es esto? ¡Alguien nos está gastando una broma! ”.Empezaron a perseguirles y les cogieron.
Les hicieron quitar el disfraz y los reconocieron.
Eran los hermanos de una de las chicas que se enteraron de lo que iban a hacer. No les hizo ninguna gracia la broma y decidieron que se vengarían de ellos.

Olga Espallargas Vidal (1ºC)

HISTORIA DE MIEDO

La noche era fría y húmeda, pero en la pequeña sala los postigos estaban cerrados y el fuego ardía vivamente.
Estaba solo sentado en el sofá de mi huerta, a las afueras del pueblo. Estaba viendo una película de miedo y llamaron a la puerta.
Tenía mucho miedo, fui despacio a abrir la puerta mientras que se escuchaban unas risitas no muy acogedoras.
Abrí la puerta, y no encontré nada.
Salí un par de metros hacia fuera, me giré y vi como se cerraba la puerta: ¡Plaf!
Se cerró la puerta y pasó una bandada de pájaros, parecían cuervos.
Se volvieron a escuchar las risas que provocaban unas sensaciones muy malas.
Intenté abrir la puerta pero cuando me giré hacia fuera, vi una cara horripilante, llena de suciedad, rasguños, granos y demás cosas que puedas imaginar.
Parecia tener alrededor de 60 años y me preguntó si se podía quedar a dormir un par de noches.
Se quedó abajo viendo la tele, curándose las heridas con un paño empapado, mientras que yo le preparaba la cama arriba.
Bajé y me preguntó qué había para cenar.
Había sopa de tomate. Preparé la cena mientras que ella seguía viendo la tele.
Cenamos los dos juntos y nos fuimos a dormir cada uno a una habitación.
Al dia siguiente, no me desperté. Me habían asesinado.
NACHO IBÁÑEZ. 1º ESO D.