BLOG DEL DEPARTAMENTO DE LENGUA CASTELLANA Y LITERATURA DEL IES BAJO ARAGÓN (ALCAÑIZ)

UN BLOG PARA PENSAR, CREAR Y APRENDER

jueves, 19 de noviembre de 2009

EL LLANTO MISTERIOSO

Era sábado, 31 de Octubre. Tres amigos andaban por el parque sin saber qué hacer para pasar la tarde. A lo lejos vieron una mansión, que el día anterior no estaba allí. A simple vista ya se veía que era terrorífica, pero a los niños no les importó y decidieron entrar. Cuando ya estaban dentro, se cerró la puerta. Rose oyó un grito muy fuerte, y pensó: “¡Aquí hay fantasmas!”. Sus dos amigos, Pablo y Roberto, corrieron hacia la puerta, pero no se abría. Muertos de miedo, los tres amigos empezaron a subir las escaleras y cuando se encontraron delante de la primera puerta, un fuerte viento los sorprendió, y Pablo se cayó al suelo. Siguieron subiendo y llegaron a la segunda puerta en la que ponía: “La ley más importante de los muertos se encuentra en esta habitación”. Roberto intentó abrirla y casi se le cae la puerta encima. Corrieron escaleras arriba y aparecieron en un pasillo. Al fondo se veía una tercera puerta, grande y hecha de hierro. Entonces Rose volvió a oír algo, esta vez escuchó bien y se dio cuenta de que eran lloros y llantos.
Sintieron en la cara un aire frío al abrir la puerta de la habitación a oscuras. Su miedo fue superado por la impresión de lo que veían. En medio de la habitación había una vieja cuna de hierro y de allí venía el llanto que se oía cada vez más fuerte. Se inclinaron sobre la cuna, esperando ver al bebé que estaba llorando. Rose extendió una mano para acariciarle la cabecita y apartó las mantas que lo cubrían. La cabeza cayó hacia un lado y rodó fuera de la almohada. Entonces dejaron de escuchar el llanto.
Los tres se quedaron paralizados y sin aliento. Empezaron a sudar. Se trataba de la cabeza de una muñeca, no era la de un bebé.
En ese momento dos esqueletos vestidos con ropas podridas entraban en el dormitorio a través de la puerta y los tres niños gritaron con todas las fuerzas que les quedaban. Uno de los esqueletos, el que iba vestido de mujer, los miró y dijo:
¡¡CHSSS.. NO DESPERTÉIS AL BEBÉ!!

RAQUEL FERRANDO 1ºC

LA MANSIÓN ABANDONADA

La historia nos había hipnotizado. Sentados alrededor del fuego en una mansión vetusta, una noche de Navidad, la historia nos había dejado sin aliento.
Os explicaré todo.
Era 24 de Diciembre y como todos los años antes de cenar me iba con mis amigos a cantar villancicos por las casa.
De pronto, a lo lejos, vimos una mansión enorme:
su tejado puntiagudo rozaba las nubes que cubrían el cielo, sus más de 1.000 ventanas estaban rotas y medio caídas y su alta y estrecha chimenea echaba constantemente un humo negro.
A pesar del terror que nos comía por dentro, decidimos llamar a la puerta.
Nadie nos abría, entonces unos de mis tres amigos decidió llamar un poco más fuerte. Lo que él no se esperaba es que al llamar la puerta se fuera a abrir sola.
Nos asomamos y echamos un vistazo a toda la casa, al ver que no había nadie y que el fuego estaba encendido, decidimos contar historias de miedo.
Comenzó Alberto y dijo:
“Era Nochebuena, como hoy, y una mujer estaba yendo al supermercado con su perro, pero como en las tiendas no pueden entrar animales decidió dejar el perro atado a una farola mientras compraba. Al salir, su perro ya no estaba y asustada entró en un callejón a buscarle, se oían ladridos y de pronto…”
Era el turno de Javier, y comenzó:
“La noche ya caía sobre la ciudad. Un hombre anciano, cuando ya estaba a punto de dormirse, se arropó con las sábanas de su cama y…”
Y así una historia detrás de otra.
Ya nos estábamos yendo y de repente entró al salón un hombre. Muertos de miedo empezamos a gritar, él nos dijo que era el propietario de la casa y que no pasaba nada porque hubiéramos entrado ya que la puerta estaba abierta.
Ya más calmados todos, el hombre nos dijo:
“Os he oído que contabais historias de miedo, si se puede llamar así, porque eso no es nada comparado con lo que yo os voy a contar ahora…
Era el mismo día que hoy pero hace 27 años, como todos los años dejé la puerta abierta para que algún niño entrara y al cabo de un rato bajar y conocerle como ahora a vosotros. Así que bajé, pero no os podéis imaginar lo que vi: había un esqueleto sentado en mi sofá y un niño sangrando cantaba alrededor de la chimenea. De repente me desperté en el hospital, todo había sido un mal sueño al caerme y golpearme en la cabeza al bajar las escaleras. A pesar de que esa imagen no fue real nunca he podido olvidarla.”
Nosotros, a pesar de que todo eso solo hubieran sido alucinaciones de aquel hombre, estábamos temblando de miedo.
Nos despedimos y volvimos cada uno a su casa. Yo, al llegar, estaba pálido y nunca olvidaré aquella terrorífica historia.

MARINA GARCÍA ESPALLARGAS 1ºA

LA CLASE MALDITA

Todo sucedió en el colegio, en el aula R8, el día en que nuestra profesora nos encargó un trabajo de lengua en el que teníamos que contar una historia de terror.

Nos encargó el trabajo un lunes y debíamos entregárselo al siguiente lunes. Teníamos una semana por delante para inventarnos la historia. Desgraciadamente no hizo falta.

Los acontecimientos que sucedieron y que os contaré fueron lo suficientemente terroríficos para no tener que inventarnos nada.

Martes 20: al entrar a clase vimos con sorpresa cómo la pizarra estaba boca abajo y llena de letras. Cuando le dimos la vuelta pudimos leer lo que estaba escrito: Susan, Susan, Susan, Susan... Todos pensamos que era una broma que nos habían gastado los compañeros de otras clases. Nadie le dio importancia.

Miércoles 21: la pizarra estaba igual que el día anterior pero, las letras estaban escritas con una tinta roja. Nosotros pensamos que sería salsa de tomate.

Jueves 22: ese día llegamos a clase con cierto miedo por lo que nos podíamos encontrar, pero la clase estaba normal. Cuando llegó la profesora notam
os en sus ojos una mirada de miedo que no habíamos visto nunca. Cuando nos dijo que lo que pensábamos que era salsa de tomate era sangre, comprendimos ese miedo en sus ojos. Nos dijo que lo estaban investigando.

Viernes 23: hasta que subimos del recreo todo había ido con normalidad. De repente Luis empezó a temblar y se le pusieron los ojos en b
lanco. Temblaba cada vez con más fuerza, moviendo la mesa y la silla. De su boca sólo salían estas palabras: fuera de mi clase, fuera de mi clase... Cayó al suelo y no despertó. Se lo llevaron al hospital y nos dijeron que estaba en coma. Estábamos muy asustados por lo que había pasado y lo que podría pasar.

Sábado 24: la profesora vino a mi casa para ver a mi padre. Me escondí detrás de la puerta y pude oír cómo hablaban de todo lo que había pasado últimamente. Descubrí que habían sido compañeros y que la R8 había sido su clase. Hablaban de la extraña muerte de una compañera suya. Nunca llegaron a saber por qué murió repentinamente rodeada de todos sus compañeros. Esa niña se llamaba Susan.
Eran las tres de la mañana cuando oí el coche de los bomberos que iba dirección al colegio. Todos fuimos a ver lo que había pasado. Vimos llamas, pero lo único que ardía era nuestra clase.

Domingo 25: mi padre fue a una reunión a la que acudieron todos los antiguos compañeros de Susan. Me dijo que iban a cerrar la clase y que nadie podría entrar nunca en ese aula. De esta manera dejaríamos descansar el espíritu de Susan Jackson.

Lunes 26: acudimos al colegio como todos
los días, pero a un aula diferente. La profesora estaba hablando con nosotros cuando le llamaron al móvil: Luis había despertado del coma y se encontraba bien.
Por fin todo había terminado, Susan descansaba en paz.



ISABEL ARIÑO MIRANDA 1ºA