BLOG DEL DEPARTAMENTO DE LENGUA CASTELLANA Y LITERATURA DEL IES BAJO ARAGÓN (ALCAÑIZ)

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martes, 21 de abril de 2009

LA CRUZ DE ORO

Eran las doce de la noche y David estaba leyendo su libro favorito en su habitación. Estaba muy cansado, se le cerraron los ojos, los volvió a abrir y se vio en un castillo oscuro, lleno de telarañas, sucio y además se oían ruidos extraños. Él tenía mucho miedo, se quedó quieto en un rincón, escondido, y, al pasar unos minutos vio como una extraña figura entraba en el castillo, era pálido, tenía una capa roja y dos grandes colmillos, era un vampiro. Entonces lo entendió, estaba dentro del libro que estaba leyendo. El vampiro tenía una prisionera, lo sabía porque ya lo había leído, tenía que rescatarla. Sabía que estaba en el piso de arriba, así que esperó a que el vampiro se marchara para salir de su escondite. Ascendió sigilosamente por la escalera hasta que llegó a una puerta, la abrió lentamente y observó que era un gran salón, en cada silla había un vampiro y en la punta de la mesa estaba la prisionera atada a la silla. Los vampiros no estaban comiendo, cada uno tenía un vaso llenó de sangre. Se les estaba acabando y aún no habían saciado su sed. Iban a asesinar a la joven para beber su sangre. Ahora tenía que llegar un caballero a salvarla, lo sabía pero a partir de ahí ya no había leído nada. Ahí venía el caballero, irrumpió en la sala con ajos y estaca pero los vampiros no se asustaron y fueron hacia él. Entonces David se armó de valor, entró en la sala y gritó todo lo fuerte que pudo. Los vampiros se detuvieron desconcertados, mientras tanto el caballero clavó la estaca a uno y tiró los ajos alrededor de los demás. Los vampiros, asustados, fueron hacia sus compañeros muertos, entonces el caballero desató a la mujer y huyó del castillo. El chico también escapó y se encontró con el caballero en la puerta del castillo. Este le entregó una cruz de oro por haberle ayudado y se la puso en el cuello. David se despertó tranquilamente en su casa, y, en el cuello tenía la misma cruz de oro que le había entregado el caballero, además leyó en el libro todo lo que había sucedido con él y el caballero. A partir de ese día nunca se quitó la cruz y siempre le protegió de todos los males.

Fin
ANDRÉS CRUZ. 1º ESO.

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