BLOG DEL DEPARTAMENTO DE LENGUA CASTELLANA Y LITERATURA DEL IES BAJO ARAGÓN (ALCAÑIZ)

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viernes, 6 de marzo de 2009

EL ÚLTIMO UNICORNIO

Hace muchos años, aún había magia en la Tierra y esta emanaba de todos los lugares; desde los sitios más siniestros y solitarios hasta de las más bellas fuentes por las que los niños jugaban alrededor. Esta la historia de cómo la magia desapareció de la Tierra y de cómo dos héroes la salvaron... hasta lo inevitable.
Amaneció una calurosa mañana de verano en una diminuta isla llamada Yhôll, el paso de los años y una terrible tragedia hizo que esta desapareciera, en la que vivían los antiguos hechiceros. Y, aunque esa mañana fuera calurosa, también era oscura, fría y triste. Todos los hechiceros la vieron despertar bajo una gran masacre, por todas partes se podían advertir los cuerpos inertes de cientos de magos, e igual pasaba en todos los lugares de la Tierra en los que se podía notar la magia. Así, los valiosos unicornios también fueros cayendo en los bosques, pero se pudo salvar uno, el último unicornio que salvaría al mundo de la desaparición de la magia.
Jack era un joven mago al que El Consejo había encomendado una gran tarea, proteger a ese último unicornio con su vida para que la magia no desistiera. Igualmente, en las tierras de Uria se le mandaba a Kyle, un avanzado aprendiz de guerrero la misma tarea. Antes de marchar los muchachos cogieron lo necesario para el viaje; Kyle tomó a su mejor espada y Jack llevó consigo un talismán con el que le sería más fácil utilizar su magia. Kyle montó en su corcel, mientras que Jack se dirigió allí sobre una majestuosa águila de amplias y preciosas alas. Así, los dos marcharon el lugar en el que les esperaba el unicornio.

Ambos llegaron a la vez a los bosques del norte y no tardaron en llegar a la torre en la que las más bondadosas criaturas cuidaban con mucho cariño del unicornio. Esta era la criatura más bella que os podáis imaginar, tanta que los jóvenes aprendices quedaron hipnotizados por ella. El unicornio era blanco como la nieve, al igual que sus infinitas crines, su aspecto era suave y sus ojos azules como el mar el pleno verano, con una luz única y propia. En su frente se alzaba un perfecto cuerno con forma de espiral y su cola llegaba hasta el suelo.
Las criaturas que cuidaban del unicornio no tardaron en informar a los recién llegados de su posición. Al parecer, el Señor Oscuro, causante de todas las masacres ocurridas, se había enterado de que todavía quedaba un unicornio y estaban seguros de que no tardaría en enviar a su mejor asesino junto con su mejor tropa de los más fuertes entes aliados a él. Nada más oír aquello Jack aumentó las defensas de la torre con su magia, y Kyle se asomó a los ventanales para asegurarse de que no venía nadie, pero no fue así. Una horda de poderosos seres avanzaba rápidamente hacia el refugio y el que iba al mando tenía toda la pinta de ser un despiadado y sanguinario asesino, tal y como la sabia compañera les había advertido. Kyle desenvainó su espada y bajó corriendo las escaleras para enfrentarse a sus enemigos. La lucha fue dura, pero algunas criaturas le ayudaron y así poco a poco fueron eliminando la horda. Kyle se adelantó para enfrentarse contra el que parecía ser el más poderoso, ero en la batalla este ente consiguió partir en dos la espada de Kyle. En ese momento apareció Jack para socorrerlo. En cuanto acabó con la amenaza subió a defender la torre, estaba seguro de que el asesino había subido. Allí lo encontró, demasiado cerca del unicornio y este intentó frenarlo, pero el asesino lanzó una estocada letal hacia el mago que penetró en su costado. El asesino, dando ya por muerto a Jack, se acercó al unicornio para cumplir su misión, pero justo antes de que lo consiguiera, un torrente de magia lo convirtió en una estatua de hielo. Mientras el mago se curaba con su propia magia, Kyle subió y encontró la escena de tal manera que no tardó en darse cuenta de lo que pasaba y no dudó en romper la estatua de hielo con lo que le quedaba de la espada.
Una vez que todo pasó, el unicornio quiso recompensar a Jack y Kyle su valía y su ayuda. Lentamente este se acercó a Kyle y agachó su cabeza hasta que su cuerno rozó la espada que el guerrero todavía sostenía en sus manos y esta se juntó a la otra mitad, con la que se fusionó tras una llamarada aparecida de la nada. Después, se volvió hacia Jack y tras dar dos golpes son una de sus pezuñas en el suelo, una luz cegadora apareció y tras ella un majestuoso báculo que otorgó al mago. El unicornio le explico que ese no era un báculo cualquiera, sino que además de su fuerte y potente poder le advertiría del peligro, tanto del suyo como del de sus seres queridos y que sólo respondería ante él.
Más tarde, los dos muchachos subieron a sus respectivas monturas y se fueron a sus tierras, siempre con el recuerdo de aquella preciosa criatura, el unicornio.

Moraleja: La bondad y el esfuerzo siempre son recompensados.
LAURA HERRERO. 1º ESO A.

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