BLOG DEL DEPARTAMENTO DE LENGUA CASTELLANA Y LITERATURA DEL IES BAJO ARAGÓN (ALCAÑIZ)

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lunes, 20 de abril de 2009

LAS PUERTAS DE LA FANTASÍA

Era un día de viento, a Margarita no le apetecía mucho salir; un lunes aburrido, ¿qué podía hacer?
Tras repasar su lista mental de “cosas divertidas” cayó en la cuenta: ¡existían los libros!, que gran alivio le vino al cuerpo en cuanto pensó que podía leer. Además, su madre le había comprado un libro de aventuras y fantasía el viernes pasado. Lo cogió de su estantería y se sentó en la butaca de la biblioteca de su casa.
Comenzó a leer; el libro trataba sobre un duende perdido por el mundo que los humanos llamamos Tierra.
Pronto, Margarita notó cómo la arena moldeaba sus pies, una arena fina, notó un olor, pero no el olor de la playa, sino el de la verde, brillante y frondosa vegetación que poblaba la montaña en la que, según comprobaron segundos más tarde sus ojos, ella misma se encontraba.
Margarita era muy avispada, y enseguida cayó en la cuenta; el duende había cambiado su mundo, el de uno por el del otro. En efecto, era así.
Lo supo porque no era esa la arena, que en un principio pensó de playa, si no una arena rojiza y deslumbrante.
El sol no era pequeño desde su punto de vista como ocurría en la Tierra, sino grande, muy grande, aunque no por eso alumbraba más ni daba más calor.
Llegó a una aldea cuyas casas eran más o menos de su estatura. Por allí correteaban pequeños seres verdes: duendes.
La verdad, un cosquilleo empezaba a recorrerle la espalda, tenía ganas de volver a casa, se sentía sola y creía que lo mismo le ocurriría al duende.
Miró la aldea y sus ojos divisaron un milagro para ella:
En una choza había un cartel de madera en el que ponía:


"MAGO ALFA: "YO LO HAGO
¿QUÉ DESEA?" REALIDAD"


¡¡Podía volver a casa!! Entró en la choza y se presentó ante el mago, éste le ayudó diciéndole que tenía que representar una obra teatral y ganar el 1º premio compitiendo contra el juglar (era un aldea medieval) que mejor representaba obras de teatro.

-Uff…- bufó la niña.
-Sólo he actuado en las obras de teatro de mi escuela, yo no sé hacer algo así…
- ¡Ah! Ese es tu problema.-dijo; y desapareció.

Pensando, volviendo a pensar y “requetepensando” otra vez, se le ocurrió una brillante idea, llevaba el móvil en el bolsillo, y sus gafas de sol en la cabeza, ¡ah! Y su agenda electrónica.
Llegó el momento de la actuación; Margarita se las arregló como pudo y, tal sorpresa se llevaron, y tan satisfechos se quedaron que le concedieron el primer premio. Le dieron un trofeo con forma de duende. Apareció dormida en la biblioteca de su casa, cuando se despertó todo parecía haber sido un sueño extraño, pero en sus manos sostenía el trofeo del concurso.

ROSA CARMEN BONO. 1º ESO B.

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