Érase una vez una niña llamada Caperucita Colorines porque cada día iba de un color diferente.
Un día su madre le dijo que fuera a casa de la abuelita y que le llevase comida y medicamentos, porque la abuelita había enfermado, ella como era una niña muy obediente fue sin pensárselo dos veces.
Caminando por el sendero se encontró con el lobo, que era su amigo desde que era pequeñita, él la acompañó hasta que llegó a casa de la abuelita.
De repente apareció el cazador apuntándole con una pistola, porque él creía que el lobo le iba a hacer daño a Caperucita Colorines y a su abuelita, pero le explicaron que era un amigo de confianza y que les estaba ayudando.
De repente apareció el cazador apuntándole con una pistola, porque él creía que el lobo le iba a hacer daño a Caperucita Colorines y a su abuelita, pero le explicaron que era un amigo de confianza y que estaba de visita.
Hicieron una merienda en honor a Caperucita Colorines, a su abuelita que se había curado, al lobo y al leñador porque entendió que no todos los lobos eran malos. Hay que dar una oportunidad.
PAULA LASALA VIDAL. 1º D.